Todos
necesitamos momentos de relajación y no siempre a consecuencia de momentos de
estrés.
Los
niños también, enseñarles y animarles a disfrutar de este momento.
Desde
que son bebés los masajes les relajan, ayudan a eliminar malestares y con ellos
descubren partes de su cuerpo.
Cuando
crecen un poco, hasta los 3 años, tener periodos de relajación les ayudan a
prepararse tras una actividad muy movida, para pasar a otra que necesita mas
concentración, como tras realizar psicomotricidad o antes de
comer. Es importante distinguir entre siesta y relajación.
Después
de los 3 años, las actividades de relajación son distintas. Ya podemos
incluirnos, participar en clases comunes padres-hijos como yoga. Iniciarles en
el conocimiento interno del cuerpo(respiración, meditación...)