Los
ejercicios que podemos hacer con nuestros bebés tienen varios objetivos y con
ello varias maneras de proceder.
MASAJES
Los
masajes tienen una función relajante, con
ayuda de música tranquila y una crema fresca y algo perfumada, podemos
conseguir relajar al bebé. Empezando por los pies, y subiendo hasta la cabeza,
extendiendo la crema, centrando nuestra mirada en la suya y hablándole con voz
pausada y tranquila.
Ayudan
a aliviar distintos malestares,
como los cólicos, realizando el masaje en la
tripa, en el sentido de las agujas del reloj.
Las
congestiones, un masaje desde el centro de
la cara hacia los extremos comenzando por la frente, bajando por la nariz y
terminando en los pómulos.
Con ellos mejoran la circulación y la movilidad
de las articulaciones.
RELAJACION
Cuando
los bebés se vuelven más activos, aproximadamente a los 3 – 4 meses, podemos
comenzar con una actividad de relajación propiamente dicha. Para ello le
colocaremos en una alfombra o colchoneta, boca arriba y con ayuda de música suave
y algunos recursos podemos realizar la actividad.
Los
recursos que podemos utilizar son plumas,
pompones de lana, pelotas pequeñas… Los deslizaremos por todo
el cuerpo del bebé, así que os recomiendo que, en la medida de lo posible, esté
desnudo.
La
duración de esta actividad dependerá de lo
despierto y tranquilo que esté el niño, llegando a su fin cuando veamos que
empieza a llegarle el sueño. No queremos que se duerma, sino que disfrute de la
relajación.
Para
algunos peques el baño es otro momento de relajación y si después seguimos con
un masaje general, su predisposición a la cena y a dormir será mejor.
Estas
actividades, mamás y papás las disfrutamos tanto o más que los bebés. Nos dan
pie a centrarnos más en él y descubrir el carácter, puntos sensibles, gestos y
reacciones que tienen nuestros peques.