Un pilar básico en
el crecimiento de nuestros hijos es su alimentación. Desde su nacimiento la
leche (ya sea de fórmula o pecho) es su único alimento, pero desde los 4 meses
ya se empiezan a introducir los cereales, luego la fruta, verduras, carnes,
pescados, huevo.
Al principio parece
fácil, sobre todo si son buenos comedores y se enganchan bien al pecho o
biberón, pero al introducirle los nuevos alimentos pueden empezar a surgir
problemas como alergias, por ello es importante introducirlos poco a poco para
poder distinguir que producto causó la alergia, si es el caso.
También empiezan a
distinguir entre los sabores nuevos y a decantarse por unos u otros. Dicen que
a los niños que toman pecho les suelen gustar más los alimentos que tomó la
madre durante la lactancia, por aquello de que ya los saborearon (en cierta
medida). Así que habrá alimentos que no les gusten y nos toque esforzarnos más
para que los tomen. Ya sea enmascarándolos con otros que si les gusten cuando
hacemos los purés, calentando más o menos la fruta…..
Es más recomendable
los purés caseros que los potitos, ya que en los primeros podemos controlar las
cantidades y variedades de los alimentos y los segundos suelen ser más dulces y
con texturas más finas, sensaciones que costará más igualar al introducir
nuevos alimentos.
Otro cambio
importante es el paso de los purés a entero, ahora no sólo el sabor es
importante sino también la textura. Para ayudarles a disfrutar del momento
podemos decorar los platos, que vean mucho y distintos colores, la llamada
cocina creativa, en internet podemos encontrar muchas recetas e ideas tanto
para el desayuno, comida o merienda.
Desayunar, comer o
cenar con ellos es otro método para que coman mejor, así ven que todos comemos
lo mismo aunque algunas cosas gustan más que otras.
Hay que tener en
cuenta que es mejor poner poca cantidad en el plato y que repitan si quieren
más, a que vean mucha cantidad y tengamos que llegar al “bueno, pues te comes
sólo esto y esto otro no”.
Ir con ellos a la
compra, ayudar a guardar las cosas en la nevera o alacena, cocinar con ellos…
son otras actividades cotidianas que podemos hacer para que disfruten en este
proceso.