¡VOLVEMOS AL COLE!


Nos estamos acercando a la vuelta a la escuela infantil o al cole. Esto supone un desafío para la familia. Conlleva recuperar aquellas normas y hábitos que dejamos aparcados o flexibilizados por las vacaciones, esto exige un esfuerzo por parte de los padres y de los niños. Este cambio, para algunos, puede ser muy radical. La medida de este cambio depende tanto de la actitud de los educadores como de los padres. Ambas partes tendrán que transmitir al niño una impresión positiva, volver a la escuela ha de suponer volver a ver a los amigos (ayuda que les recordemos con fotos o quedemos alguna tarde con ellos antes de empezar), realizar actividades previas que le motiven... Al final todo se supera, los niños se adaptan al igual que los padres, a la nueva rutina con paciencia y comprensión.
Es necesario que el ambiente familiar sea positivo, para que el niño se sienta seguro y apoyado en esta nueva fase.
Todos estos cambios generan algunas alteraciones en el estado de ánimo de los niños, su comportamiento puede que sea variable. Al igual que los adultos experimentamos sensaciones nuevas ante la vuelta al trabajo, los niños también, por ello es aconsejable que hablemos con nuestros hijos sobre l nueva situación que van a vivir, mostrarles seguridad y tranquilidad, invitarles a participar en los preparativos... Con ello fomentaremos su autoestima y una buena predisposición.
La psicóloga Elvira Sánchez-Igual, directora de Comunicación de AMEI (Asociación Mundial de Educadores Infantiles) indica las pistas que los niños dan al sufrir el síndrome tras las vacaciones.  Puede que estén más irritables y probablemente también se vuelvan más rebeldes o manifiesten cambios de apetito o incluso algunos que tenían superados algunos logros, como el control de esfínteres, tengan un pequeño retroceso. No hay que alarmarse, simplemente indican que necesitan adaptarse poco a poco a la nueva situación.

Que exista una buena comunicación entre los educadores y los padres desde el principio ayuda mucho a superar el periodo de adaptación, sobre todo para aquellos que lo viven por primera vez. Como hemos dicho antes la seguridad que como padres transmitamos a nuestros hijos con respecto al cetro donde pasarán muchas horas es muy importante. Tener una charla con su educador o visitar el centro con antelación ofrece la posibilidad de generar esa seguridad y tranquilidad, tanto para los padres como para los hijos. 

¿Cómo podemos prepararnos para que esta transición sea lo más suave posible? la clave es incluir o modificar poco a poco las nuevas rutinas o hábitos, para ello os dejo algunos consejos.

Espero que la vuelta al cole (y al trabajo) tras las vacaciones de verano no os sea muy difícil.
Disfrutemos de los días que nos quedan y afrontemos el curso de forma positiva, con paciencia y emoción.